Ayer en la noche hicimos una función de Teatro en un puente donde encontraron 15 personas ejecutadas por los militares en 1973. La obra habla de viejo relojero al que le desaparecen su hijo, esto lo hace perder la razón y la esperanzo en su entorno, en la justicia de su país, en el estado chileno. El mismo viejo, siguiendo la pista de un reloj, que llevaron a su taller para repararlo, encuentra a su hijo entre los cuerpos tirados en el río. Mientras tanto, su pequeña relojería se va viendo amenazada por los signos de la modernidad desenfrenada e inhumana que significan las nuevas economías de mercado.